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Arquitectos: Rodrigo Simão Arquitetura
- Área: 375 m²
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Fotografías:André Nazareth
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Proveedores: Gerdau Corsa, Aço Tubo, Belgo Arcelor, Coral para acabamento fino, Deca, Franke, Ipiranga, Metais, Petromix, Serralheria Marcondes, Temper master, Tintas Coqueiro, Vidraçaria Bassous
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La casa fue construida para el arquitecto y su familia, conservando relieves, piedras y árboles nativos, creando espacios funcionales que integran la vida doméstica con la naturaleza del lugar. La entrada de la casa se realiza con tablones de madera de demolición de 7 centímetros de espesor. Este espacio funciona como una sala de estar al aire libre y es donde la familia pasa la mayor parte del tiempo.
La estructura de acero al carbono utilizada en la mayor parte del edificio posibilitó grandes vanos con repuestos de secciones reducidas, permitiendo grandes aberturas de ventanas y creando espacios abiertos en diálogo con el jardín y el hermoso paisaje de la región. El piso en la mayor parte de la casa es la propia losa de concreto que fue pulida en el acto de hormigonado, generalmente utilizada en industrias y estaciones de servicio debido a su alta resistencia al impacto, a la abrasión y su acabado liso e higiénico.
Esta opción da como resultado acabado fino, considerable economía y losas delgadas - el pulido fue la única impermeabilización de los pisos de balcones y terrazas. El hormigón también se expone en muros y losas, moldeado en el encofrado con listones de 10 centímetros, aprovechando así sus propiedades, eliminando el trabajo humano y las etapas materiales e integrando el edificio con la naturaleza.
Las escaleras de acceso a la entreplanta y las terrazas son de perfiles de acero reciclado y tablones de peroba rosa en los escalones. Puertas antiguas de madera maciza, escaleras de madera usadas, sistema de revestimiento con pisos de madera, encimeras de baño, muebles de madera y luminarias de color amarillo, realizadas exclusivamente para el proyecto, contribuyen con la domesticidad de la construcción con materiales industriales.
El techo está compuesto por una estructura de metal y piso de madera, cubierto con manta de asfalto y revestido con “techo de tejas”. Los pilares son de tubos de acero rellenos de hormigón “auto adensável” y están empotrados contra los cantos de vidrio contribuyendo a la ligereza y desmaterialización de la estructura.
El conjunto estructural ligero de la casa descansa sobre muros de mampostería de piedra que componen la cimentación levantándola del suelo para evitar la humedad y los animales. Las piedras fueron desmontadas de una pared de más de cien años y rehechas por un artesano local. El paisajismo fue realizado de manera intuitiva por los residentes, buscando incorporar especies nativas preexistentes que en algunos puntos atraviesan las losas.
El techo curvo se eleva en la dirección del sol naciente, que durante el día recorre la casa a través de paneles de vidrio fijo con hierro y puertas corredizas de aluminio y vidrio transparente. Especialmente en las habitaciones orientadas al norte, la incidencia de la luz solar es vital para la salud en una ciudad montañosa como Petrópolis.
La casa ha ganado anexos como sala de juegos y taller de la artista Katharina Welper, esposa del arquitecto, complementando la integración entre arquitectura y paisajismo. Los conceptos de espacio abierto, el uso de materiales en su forma natural y la integración con la naturaleza buscan inspirar en la familia la sencillez y un estilo de vida funcional e integrado.